El juego de la nostalgia en ‘La La Land’

Sección ‘En profundidad’

Actualmente, gran parte de los títulos que llenan los catálogos de las plataformas y las carteleras del cine se corresponden con secuelas, remakes o reboots de anteriores películas. Esto no deja de ser una estrategia comercial que asegura a las productoras el interés del público por esas historias, las cuales se reformulan para que vuelvan a ser útiles económicamente. Esta estrategia puede darse de muchas formas, y podríamos decir que la nostalgia es una de ellas. El tema de la nostalgia es una de las tendencias contemporáneas más recurrentes tanto en series como en películas y La ciudad de las estrellas (La La Land)” (Damien Chazelle, 2016) es un claro ejemplo.

La película trata sobre cómo la relación entre Mia (Emma Stone), una aspirante a actriz, y Sebastian (Ryan Gosling), un solitario pianista de jazz, se convierte en un obstáculo para que ambos alcancen sus respectivos sueños. Al conocerse ambos conectan por ser ambiciosos y tener objetivos muy altos, pero según transcurre la historia se dan cuenta de que no pueden estar juntos si de verdad quieren alcanzar sus deseos.

Se trata de una de las cintas más famosas del cine contemporáneo y un claro ejemplo de la nueva tendencia fílmica de la nostalgia.  Jason Sperb en el libro “Was it yesterday?” diferencia cuatro tipos de nostalgia en el cine, y esta película estaría a caballo entre dos de ellas: la nostalgia representativa y la narrativa. Para Sperb la nostalgia representativa es aquella en la que una película intenta recrear un tiempo y espacio concreto, y va más allá especificando que la historia no tiene por qué ocurrir en el pasado, sino querer imitar la estética del pasado (‘nostalgia-simulacro’). Por otro lado, Sperb ve una nostalgia narrativa en aquellas cintas cuyos argumentos tienen rasgos nostálgicos, historias con un trasfondo sentimental relacionado con el añoro de un lugar, espacio o sensación concreta.

La nostalgia narrativa la percibimos al analizar la película desde el punto de vista textual. La trama evoca al mítico ‘sueño americano’ en la que sus dos protagonistas son dos jóvenes ambiciosos que sueñan con lograr metas difíciles de alcanzar. Ambos personajes pertenecen al pasado, pero viven en el presente. Por un lado, Mia quiere ser una actriz famosa desde que siendo pequeña veía películas antiguas con su tía. Va de audición en audición mientras que escribe una obra de teatro basada, precisamente, en la nostalgia.

Por su parte, Sebastian sueña con abrir un bar de jazz, algo pasado de moda, teniendo como ídolos a músicos de los años cincuenta como John Coltrane o Louis Armstrong. Viendo el camino que toman ambos personajes, se ve que precisamente se deben dejar llevar por la nostalgia para alcanzar sus metas, y es al rechazarla cuando se alejan de sus sueños. Podemos verlo cuando Sebastian decide entrar en la banda de Keith (John Legend) aunque la música que hacen no le gusta. Keith intenta convencer a Sebastian de que se una a la banda con el argumento de que no debe tener tanta nostalgia y avanzar:

KEITH: Estás demasiado obsesionado con Kenny Clarke y Thelonious Monk. Ellos eran revolucionarios. ¿Cómo vas a ser tú revolucionario siendo tan conservador?

Sebastian decide entrar en el grupo y empieza a alejarse de Mia y del plan de abrir un bar de jazz. No será hasta cuando decida volver a ser ‘conservador’ y dejar el grupo, cuando consiga abrir su bar ‘Seb’s’. Por su parte, Mia cree que ha fracasado al estrenar su obra de teatro y necesita volver a casa para reconducir su vida. De la obra de teatro consigue una audición que finalmente será la que le permitirá hacer la película con la que triunfará. Es ese viaje a casa, el recuerdo de su tía, el no renunciar a la nostalgia… lo que le hace triunfar.

Por tanto, es el subtexto de la película lo que es nostálgico, pues su forma de contar la historia es más moderna en el sentido de que no sigue la estructura clásica de tres actos. El film se toma bastante libertad a la hora de dividirse en cuatro actos diferenciados por las estaciones del año, de presentar a los personajes y de conducir el drama hacia el fantasioso epílogo final.

Desde una perspectiva formal, tendríamos la nostalgia representativa. La cinta es una carta de amor al Hollywood clásico, lleno de referencias tanto directas como indirectas a la estética de películas de mediados del siglo XX. Podemos dividir estas semejanzas estéticas en dos: los personajes y el espacio.

Emma Stone y Ryan Gosling tienen conexión y recuerdan a la mítica pareja del starsystem americano, dos personas atractivas y con dotes de interpretación, similares a parejas como Ginger Rogers y Fred Astaire, Doris Day y Rock Hudson, Debbie Reynolds y Gene Kelly, Natalie Wood y Richard Beymer… Sebastian viste siempre formal y elegante, recordando a los actores masculinos estereotipados del cine clásico como James Stewart o Cary Grant; así como Mia responde a los cánones de míticas divas como Judy Garland o Grace Kelly.

A la izquierda: arriba Cary Grant y abajo James Stewart. Los patrones de ‘gentleman’ y su buena apariencia son rasgos que comparte el personaje de Ryan Gosling.
A la derecha: arriba Judy Garland y abajo Grace Kelly. El estilo y carisma de estas y otras divas de Hollywood inspiraron en la caracterización de Mia.

Las referencias a películas del cine clásico, sobre todo musicales, no pasan desapercibidas. Las hay muy directas como el mural de Ingrid Bergman en el cuarto de Mia, la alusión a una ventana que salía en “Casablanca” (Michael Curtiz, 1946) o cuando la pareja va al cine a ver “Rebelde sin causa” (Nicholas Ray, 1955) y luego la cita continúa en el mismo escenario en el que se rodó esa película, el Observatorio Griffith; o más camufladas, como podrían ser las similitudes de la paleta cromática, encuadre y disposición de algunas secuencias a cintas como “Cantando bajo la lluvia” (Stanley Donen, Gene Kelly, 1952), “Un americano en París” (Vincente Minnelli, 1951), ‘West Side Story’ (Robert Wise, Jerome Robbins, 1961), “Los paraguas de Cherburgo” (Jacques Demy, 1964). Por su parte, las secuencias de baile tienen claras semejanzas con los musicales clásicos de Fred Astaire como “Ritmo loco” (Mark Sandrich, 1937), Melodías de Broadway 1955” (Vincente Minnelli, 1953) y “La nueva melodía de Broadway” (Norman Taurog, 1940), o películas de animación como “La cenicienta” (Wilfred Jackson, Hamilton Luske, Clyde Geronimi, 1950) o “La bella durmiente” (Clyde Geronimi, 1959).

Arriba tenemos la comparación de ‘La nueva melodía de Broadway’ (izq.) y el baile del observatorio de ‘La La Land’ (der.)
Abajo podemos ver las similitudes tanto cromáticas como de puesta en escena de esta secuencia de ‘Cantando bajo la lluvia’ (izq.) y el epílogo de ‘La La Land’ (der.)

La nostalgia no solo está representada en el contenido y en la forma, sino también en el medio en el que está grabada la película en sí. El director quería que fuera un homenaje a los musicales clásicos, de tal forma que grabó la película en analógico, en un formato 2.55 de CinemaScope, el mismo que se usaba en los años cincuenta en Hollywood. Chazelle rodó evitando en la medida de lo posible lo digital, prohibiendo que la música se grabara con sintetizadores, solo instrumentos. Con todo ello el director logra recrear la estética del musical clásico, acompañado de la dirección de arte y vestuario que responden a muchas de las referencias citadas en los anteriores párrafos. Esta recreación es la base del carácter nostálgico de la película. Al mismo tiempo, el director quiso grabar en analógico porque una cámara digital captura demasiado la realidad, y él quería darle un toque ‘mágico’ a la historia más que realista. Todo esto hace que la representación de la nostalgia en la película vaya más allá, abriendo una nueva vertiente a esa idealización del pasado, elevándola a niveles ‘fantásticos’. Como afirma Christine Sprengler en su capítulo del libro “Was it yesterday”: “Aunque La La Land es fácilmente identificable como una película de nostalgia debido a sus adornos estéticos, su estructura de sentimiento […] da lugar a un tipo bastante diferente de compromiso con el pasado”.  

Arriba vemos una escena de ‘West Side Story’ (izq.) similar a la de ‘La La Land’ (der.)
Abajo tenemos una comparación entre la pareja protagonista de ‘Los paraguas de Cherburgo’ (izq.) y ‘La La Land’ (der.), la primera sirvió de inspiración para la segunda a la hora de componer su personalidad cromática.

Esta apropiación visual de cintas clásicas lleva aparejada el carácter restaurador de la nostalgia que señala Boym en su libro ‘El futuro de la nostalgia’. Boym dice que la nostalgia tiene dos caras, una reflexiva que critica y llama a un análisis complejo del pasado; y una cara restauradora, que idealiza y lo reconstruye subjetivamente. La restauración se nota desde la primera secuencia de la película cuando un angustioso y sofocante atasco en la calurosa ciudad de Los Ángeles se convierte en un feliz y entusiasta número de baile. Tras esto, la película empieza criticando el mecanismo de la industria cinematográfica y musical, lo duro que es el mundo de las actrices y la injusticia de que conviertan bares de jazz en restaurantes de samba y tapas. Pero esta crítica es débil, camuflada bajo el propio arco dramático de los protagonistas cuyo sueño tiene que ser mermado por algún obstáculo pues sino no habría historia. Al final, ambos protagonistas logran alcanzar su sueño, Sebastian abre su local de jazz y Mia logra ser una actriz famosa. Se idealiza el mito de ‘el sueño americano’ y el duro y cruel funcionamiento del mundo de los artistas, así como la propia ciudad de Los Ángeles.

Además de servirle a Chazelle para que sus referencias intertextuales sean más claras, el carácter metaficcional de la película junto con sus características nostálgicas hace que sea considerada por Christine Sprengler como una de las primeras películas del metamodernismo. Para Sprengler, el metamodernismo es uno de los movimientos cinematográficos que aparecen en los primeros años del siglo XXI, coincidiendo con la decadencia del cine posmoderno, y está marcado por la sinceridad y autenticidad junto con un grado de escepticismo. Este escepticismo puede estar representado en la película por la fantasía, aquellas secuencias en las que la narración coherente desaparece, como el baile del Observatorio Griffith o el viaje al pasado final, y podemos llegar a pensar que todo es fruto de la imaginación de Mia y Sebastian. 

Por tanto, el tipo de nostalgia que maneja la película tiene un poder idealizador y mágico que busca evocar al Hollywood clásico, al mismo tiempo que crea una narración personal centrada en el anhelo de cumplir un sueño ambientado en una época pasada.

Bibliografía

Boym, S. (2001). El futuro de la nostalgia.

Casablanca (1942) Película dirigida por Michael Curtiz. Estados Unidos / Warner Bros.

Cantando bajo la lluvia (1952) Película dirigida por Stanley Donen y Gene Kelly. Estados Unidos / Metro-Goldwyn-Meyer

Colom, Núria. (2021). “La La Land: La ciudad de las estrellas y los musicales clásicos”. Universitat Jaume I. Comunicación Audiovisual. Castellón. (4 de junio de 2021). Recuperado el 20 de mayo de 2022: http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/193616/TFG_2021_ColomFerrando_Nuria.pdf?sequence=1

Krauze, D. (2017, 27 enero). «La La Land», la nostalgia vende. El Financiero. Recuperado 10 de mayo de 2022, de https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/daniel-krauze/la-la-land-la-nostalgia-vende/

La bella durmiente (1959) Película dirigida por Clyde Geronimi. Estados Unidos / Walt Disney Productions

La cenicienta (1950) Película dirigida por Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wilfred Jackson. Estados Unidos / Walt Disney Productions

La ciudad de las estrellas (La La Land) (2016) Película dirigida por Damien Chazelle. Estados Unidos / Summit Entertainment / Gilbert Films / Impostor Pictures / Marc Platt Productions

La nueva melodía de Broadway (1940) Película dirigida por Norman Taurog. Estados Unidos / Metro-Goldwyn-Mayer.

Leggatt, M. (2022). Was It Yesterday?: Nostalgia in Contemporary Film and Television. State University of New York Press.

Los paraguas de Cherburgo (1964) Película dirigida por Jacques Demy. Francia / Madeleine Films / Parc Film / Beta Film GmbH

Melodías de Broadway 1955 (1955) Película de Vincente Minnelli. Estados Unidos / Metro-Goldwyn-Mayer.

Quora (2017, 3 marzo) What technology was used to make ‘La La Land’ so visually rich and colorful?. Forbes. Recuperado el 10 de mayo de 2022, de https://www.forbes.com/sites/quora/2017/03/03/what-technology-was-used-to-make-la-la-land-so-visually-rich-and-colorful/?sh=6a4634ee3b58

Rebelde sin causa (1955) Película dirigida por Nicholas Ray. Estados Unidos / Warner Bros.

Rebón, M. (2016, 26 julio). Enfermos de nostalgia. El País. Recuperado 25 de mayo de 2022, de https://elpais.com/cultura/2016/07/25/babelia/1469444748_955362.html

Ritmo loco (1937) Película dirigida por Mark Sandrich. Estados Unidos / RKO Radio Pictures.

Tatto, R. E. (2017, 14 febrero). La La Land: nostalgia por el viejo Hollywood. Revista Soma. Recuperado 22 de mayo de 2022, de https://yucatancultura.com/la-la-land-nostalgia-hollywood/

Un americano en París (1951) Película por Vincente Minnelli. Estados Unidos / Metro-Goldwyn-Mayer

West Side Story (Amor sin barreras) (1961) Película dirigida pro Robert Wise y Jerome Robbins. Estados Unidos / Metro-Goldwyn-Mayer.

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